jueves, 4 de junio de 2009

Evocar, Excusar y todo sin poder Retornar



Al toque del harpa,
Cuatro y maraca,
Mi alma llanera
Se emperifolla
Y de mi bravo pueblo
Que al cielo solicitó,
Esas palabras
Que hoy vuelven a ser
Vagas y lejanas,
Lejanas
Cadenas abiertas.
Triste y magullada
Patria libre,
Triste y aislada
Esta la que fue
Gran nación.
Que por el sol naciente
Desgarró
Temprano al amanecer
Mi añejo corazón.
Y en nostálgica mirada
Recapitulo folios antiguos
Con lágrima blanda,
A punto de romper
En mar
Solloza, penitente
Miro hoy
Los restos de
Quien se quedo.
En libro vetusto deje
Plasmada tu belleza.
Y
Aunque
Mi triste gente,
Abatida gente
Con el alma
en una mano
Te deja ahora,
En busca de paz,
No les culpes
tierra bendita,
No les culpes
Que a ti
Te
Llevan en la sangre,
Que en tus playas
Han vertido su llanto infinito,
Y aunque pasen cien años,
Sus miradas
Seguirán fieles
A tus montañas.
Y hoy
Se marcha mi gente,
Esa gente,
Unos y otros,
Desesperados
Con recuerdos
De una existencia
Atesorados
En sus pequeños bagajes,
Abandonando sus raíces,
Alejándose con dolor inmenso,
De ti.
No les culpes tierra morena,
No les culpes de la huida,
No han podido con tanta sociedad,
Sucumbe ante la injusticia,
Sufren
Al verte parir retoños
Con sed de sangre,
Hijos con hambre de poder,
Sin escrúpulos, sin amor.
Y yo,
Yo
Que no soy
Más que otra parte
De mi gente,
Que soy igual que ellos,
Soy también
Alma fustigada
Por los gobiernos
Y sus doctrinas,
Otra doliente
De esos hijos
Caprichosos
Que envenenan
Tú azul cielo con sangre
Hermana;
Y yo,
Yo que cobarde
Me escondo entre
Estas líneas
Atormentadas
Por tanta impotencia,
Me escondo en distancia
Bajo nombre
De extranjera;
Yo la humilde
Alma poeta,
Hoy te deja.
Y aunque te lleve
En mis venas,
Y aunque
Sufran mis ojos
Al recordar,
No puedo estar en tu suelo
Un día más.
Y es que
Quiero recordar de ti,
Que ayer fuiste
Briosa libertad
Que consolido otros pueblos;
Quiero recordar de ti,
Una cordillera interminable
Rota por el cielo,
Bañada de nubes
Blancas;
Playas que emulaban al paraíso,
Llanos extensos e infinitos
Salvajes extensiones
Palabras exóticas,
Aire embriagador
Sonidos inquietantes
De la esencia de
Tu nutrida fusión,
Quiero recordar,
Tu selva ancestral
Y todo ese colorido,
Todo ese
Que hace que mire
Trozos de ti
En cualquier rincón de este
Inmenso mundo;
Pero con trozos no me basta
Para sanar el dolor de haberte
Dejado,
Con trozos no basta
Para aliviar
El daño que
Te están causando.
Mi pobre tierra,
No nos culpes
Por dejarte,
Sin vida en el harpa,
Sin sangre en tus alpargatas.
No nos culpes,
Ni nos juzgues de cobardes
Desertores,
Somos corazones sufridores,
De tu aire manchado,
De tus hijos envenenados.
Y maniatados
Indefensos,
No pudimos salvar tu estirpe
De las garras del infierno.
Y sólo nos queda,
Añorarte en lejana frontera,
Amarte entre fotos
Y esperar.
Esperar a verte nacer
Nuevamente,
Con tu estirpe altiva,
Y en tu nacimiento retornaremos
A tus raíces.
No me culpes por abandonarte,
No me culpes
Por dejar en ti un trozo
De mí,
Un pedazo de mi aliento,
Ese pedazo vital,
Que siempre me falta
Para poner el punto final.






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